El autosabotaje es un concepto con el que muchos estamos familiarizados, no solo en teoría, sino en la experiencia de vida. Es el trabajo al que no aplicamos aunque estemos cualificados. La relación que rompemos justo cuando empieza a sentirse segura. Las metas que abandonamos en el momento en que empezamos a progresar de verdad. A menudo sabemos lo que queremos, pero de alguna manera, nos seguimos interponiendo en nuestro propio camino.
Como psicoterapeuta, trabajo con muchos clientes que se sienten atrapados en este patrón. Se sienten frustrados, confundidos y, a menudo, duros consigo mismos. "¿Por qué sigo haciendo esto?", se preguntan. "¿Qué está mal conmigo?".
La respuesta, desde una perspectiva psicoanalítica, no es que algo ande mal contigo. Es que algo dentro de ti intenta protegerte, incluso si lo hace de una manera que ya no te sirve.

¿Qué es realmente el autosabotaje?

El autosabotaje ocurre cuando inconscientemente actuamos en contra de nuestros propios intereses. A simple vista, puede parecer pereza, procrastinación, problemas de compromiso o "mala suerte". Pero en el fondo, suele haber algo mucho más profundo.
Desde un punto de vista terapéutico, el autosabotaje suele ser un mecanismo de defensa. Nos protege del peligro percibido, ya sea el fracaso, el rechazo, la visibilidad, el éxito o la vulnerabilidad emocional. La mente dice: "Si no lo intento, no puedo fracasar". O: "Si arruino esto ahora, no tendré que sentir el dolor de que termine más tarde".

Estos patrones suelen tener sus raíces en experiencias emocionales previas. Si creciste en un entorno donde el amor era condicional, la seguridad era incierta o el éxito generaba críticas o celos, tu sistema nervioso puede haber aprendido que la visibilidad y el crecimiento tienen un precio. Así que te proteges, no conscientemente, sino instintivamente.

El impulso subconsciente de mantenerse a salvo

Una de las verdades más importantes que he llegado a comprender en mi experiencia como psicoterapeuta en Toronto es esta: todo comportamiento cobra sentido cuando comprendemos el contexto.
El autosabotaje no se trata de debilidad ni falta de voluntad. Se trata de supervivencia. En algún momento de tu vida, la parte de ti que se autosabotea hacía exactamente lo que debía hacer para mantenerte a salvo. Esa misma parte puede estar ahora sobrefuncionando, intentando protegerte de riesgos emocionales que en realidad estás listo para afrontar.
Pero en el inconsciente, el crecimiento personal puede sentirse amenazante. A menudo significa enfrentar miedos, soltar el control o desafiar creencias que hemos mantenido durante años. Por eso, encontramos maneras sutiles (y no tan sutiles) de boicotearnos, a menudo sin darnos cuenta.

Formas comunes de autosabotaje

Aquí hay algunos patrones que suelo explorar con mis clientes:
Procrastinación: Retrasar tareas significativas o de gran importancia para evitar la ansiedad del fracaso o el éxito.
Perfeccionismo: Establecer estándares imposibles de alcanzar, de modo que nada se siente "suficientemente bueno" para completar o compartir.
• Conductas evitativas: Desconexión emocional o distanciamiento en relaciones que requieren vulnerabilidad.
Autoconversación negativa: Repetir mensajes internos como "No estoy listo" o "Lo arruinaré" para justificar el juego de la insignificancia.
Cada una de estas estrategias tiene una lógica emocional subyacente. Cuando exploramos esa lógica en terapia, los clientes comienzan a ver estos comportamientos no como defectos, sino como mensajeros emocionales.

El rol de la terapia para desentrañar el patrón

Uno de los aspectos más poderosos de la psicoterapia es que proporciona un espacio seguro y reflexivo para comprender y modificar patrones inconscientes. Juntos, exploramos:
• ¿Qué temes que pueda suceder si tienes éxito?
• ¿Qué creencias sobre ti mismo y tu valor operan bajo la superficie?
• ¿Qué experiencias tempranas te enseñaron que no era seguro ser visto plenamente, correr riesgos o recibir cosas buenas?
Estas preguntas nos permiten ir más allá de la resolución superficial de problemas y adentrarnos en el terreno emocional más profundo, donde se produce la verdadera sanación emocional.

Cuando el autosabotaje se aborda con curiosidad en lugar de vergüenza, comienza a suavizarse. Empiezas a reconocer las partes más jóvenes de ti mismo que aún albergan miedo y, en lugar de rechazarlas, empiezas a escucharlas, a consolarlas y a guiarlas hacia algo nuevo.

Elegir la autocompasión por encima del control

El cambio no se logra forzando la diferencia. Se logra al comprender por qué somos como somos y, poco a poco, construir nuevas relaciones internas.
Con el tiempo, mis clientes comienzan a detectar sus comportamientos de autosabotaje anteriores. Aprenden a detenerse, reflexionar y elegir de forma diferente. Empiezan a confiar en que pueden tolerar el éxito, que merecen amor y estabilidad, y que es seguro seguir adelante.
Este tipo de crecimiento emocional no es lineal, pero es real. He visto a personas transformar patrones de autosabotaje arraigados en acciones conscientes y empoderadas. No porque se "arreglaran", sino porque aprendieron a relacionarse consigo mismos con mayor compasión y comprensión.

Un nuevo camino a seguir

Si has estado atrapado en un ciclo de autosabotaje, debes saber que no estás solo ni que estés mal. Tu mente simplemente ha estado haciendo todo lo posible por protegerte, incluso si esas estrategias ahora se interponen en tu camino.
Hay un camino a seguir. Uno donde el crecimiento se siente seguro, el éxito se siente merecido y ya no tienes que abandonarte para evitar ser lastimado.
Si tienes curiosidad sobre cómo la psicoterapia podría ayudarte en tu proceso o si tienes alguna pregunta, te invito a contactarme. Puedes contactarme al (416) 723-3704 o por correo electrónico a pablo@pablomunoz.ca. Será un honor para mí hablar contigo.